Increíble pensar que hace 10 años, vio la luz Rápido y furioso, y desde aquel 2001, sólo ha cosechado éxito tras éxito con la audiencia, a pesar de que la crítica no opine lo mismo. Hollywood puede aprender mucho de la franquicia Fast & Furious. A lo largo de cinco películas de la franquicia sensacional de automóviles ha ganado 1,600 mdd en taquilla en todo el mundo, a pesar del hecho de que la primera película ganó sólo 207 mdd a nivel mundial.
Incluso cuando ocurren cosas graves en las películas, el tono nunca se oscurece demasiado porque sabes que a la vuelta de la esquina viene otra espectacular persecución en auto. No necesitamos a todos nuestros héroes torturados, agobiados y tristes. Algunos pueden sólo ser duros y orgullosos de cuan duros son. (Y muy muy buenos conductores.)
Pero dejando de lado lo evidente (autos tuneados, historias simples y mujeres exuberantes), los filmes de Rápido y furioso siempre han ofrecido algo que el público exigente busca: efectos visuales reales. Cada vez se abusa más del uso de imágenes generadas por computadora en las películas de acción y la franquicia deRápido y furioso, es uno de los pocos ejemplos que usa el mínimo de estos efectos. Siempre habrá un factor emocionante en poder ver acción real, con todo y los mejores stunts al volante, por lo menos lo más real que se pueda; y eso es una garantía en estas cintas.
A pesar de que ya hay una pequeña confusión con respecto al orden –la tercera película en realidad es la última, cronológicamente–, aunque parezca difícil, todas las películas se sienten parte del mismo universo.
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